miércoles, 5 de septiembre de 2007

UNA VIDA VERDADERA: EL SACRIFICIO DE MIGUEL WOODWARD


Por Andrea Córdova

El Día del Detenido Desaparecido se estrenó en el Teatro Municipal de Valparaíso el documental “Una Vida Verdadera: el Sacrificio de Miguel Woodward”, dirigido por Andrés Brignardello y José Acevedo. Esta realización narra la historia de un sacerdote obrero que fue torturado hasta la muerte en el Buque Escuela Esmeralda.
“Conocerás la verdad y la verdad os hará libres”, con esta frase se da inicio a la película, cuya música absorbe y junto a las escenas del océano, sólo hace pensar que puede tratarse de algo bello.
Imágenes de niños pobres acompañados de hambrientos perros cubren la pantalla, mostrando de esa manera la realidad que quiso adoptar este hombre, ejemplo de humanidad.
Una estatua de Jesús con el corazón casi en carne viva, seguido por una gran melodía espiritual, fue como un exorcismo y hace cuestionarse hasta al más agnóstico. Pero en unos minutos la frase dicha por uno de los testigos: “La realidad era tan distinta a la doctrina que nos enseñaban”, devuelve al relato. Con esta historia, la iglesia puede sentirse limpia y orgullosa por haber tenido, aunque sea por algunos años, a un miembro tan perseverante, justo y valiente, capaz de reproducir el verdadero sentido del cristianismo, el servicio a los pobres. Este no es el primer trabajo de Andrés Brignardello, ya que tiene a su haber el libro y documental “Valparaíso Anarquista”. Se trata de un buen investigador y narrador. En ambas obras se refleja, aunque falta mayor pasión en lo relatado.
A medida que el documental refleja la realidad del sacerdote, las reacciones del público son superficiales, a pesar de ello necesitamos como país este tipo de producciones. Vivencias de gente noble y personas dignas de admiración, el mejor remedio para extirpar la hipocresía nacional.

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